martes, 28 de febrero de 2012

NIETZSCHE Y LA DIFERENCIA.


En la Unidad Curricular: Eje de socialización de la investigación,  bajo la  conducción de la Doctora Feryeni Padrino, nos corresponde estudiar  de Gianni Vattimo, filosofo Italiano Postmoderno, una de sus Obras:  Nietzsche y la diferencia..
La teorización de la diferencia ¨¨El no ser –escondido¨¨(Descubrirse), del ser significa siempre  la verdad del ser del ente, sea parte real o no. Recíprocamente, en el no ser escondido de un ente, esta siempre implícita la verdad de un ser: la verdad ontica y la verdad ontológica, se refieren respectivamente al ente de un ser   y al ser del ente.  Ellas se compenetran esencialmente, en base a su relación con la diferencia  entre el ser y el ente.(Diferencia ontológica).La esencia de la verdad que por esto se bifurca, necesariamente   en ontica y ontológica, solo es posible en resumen , justo al abrirse esta diferencia.
Según Heidegger, la diferencia se da siempre entre lo que aparece en un horizonte y el horizonte mismo  como apertura abierta que hace posible la aparición del ente en el. Está diferencia está muy lejos de aparecer como un punto de llegada, como resultado de la búsqueda en el cual  el pensamiento pueda tranquilizarse. Solo puede ser así, si el pensamiento, como ha sucedido con muchas formas de historicismo  y de neokantismo, se conformase con hacer  de la diferencia ontológica, la base metodológica de una filosofía de la   cultura, que guiada por aquella noción, se caracterice por su capacidad de introducir contenidos y los productos espirituales  de las diversas humanidades históricas   en el horizonte de los distintos Episteme. En Heidegger, la noción de diferencia, no se desarrolla en esta dirección, porque ella es puesta en primer plano y problematizada como tal.
Uno de los aspectos esenciales que separa el pensamiento de la diferencia en Heidegger, es que el problema de la diferencia no se convierte en simple recuerdo, del hecho de que hay diferencia entre el ser y el ente. Para este autor, Nietzsche, no puede  ser considerado un    pensador de la diferencia; puesto que precisamente, en su pensamiento, se perfecciona en su máxima extensión la metafísica; es decir el pensamiento que ha olvidado al ser  y su diferencia por el ente.  El proceso de la metafísica, es aquel , en la cual, al fin¨¨No queda nada del ser mismo¨¨, esto es lo que sucede de manera definitiva en lo planteado por Nietzsche, como voluntad de poder.
Derrida (1966), dice que solo en virtud de ¨¨Mala  fe¨¨Heidegger, pudo calificar a Nietzsche, como el punto de llegada de la metafísica. Y en el platonismo, alude el hecho   de unir al adversario a la historia de la metafísica, del pensamiento alienado, representativo, inautentico. Para este autor, Nietzsche, se fundamenta  en la doctrina de la tragedia  y sus dos principios, ¨¨Dionisos y Apolo, son una forma de rememorar la diferencia. El pensamiento de la diferencia , se distingue del metafísico, en cuanto que en vez de pensar al ser como plenitud de la presencia, como estabilidad y unidad; lo piensa, lo piensa y anuncia, como diferencia, divergencia y pesadumbre.
Nietzsche escribe en sentido poético –filosófico, donde tiene su peso un personaje  mitológico, como Dionisos, esto no es una casualidad o una opción de estilo, es un modo de ser del¨¨Discurso¨¨   que corresponde a la diferencia ontológicamente.  En fin, lo que interesa a estudiosos como Derrida y sus discípulos, es que el uso del nombre de Dionisos, coloca inmediatamente el discurso en un área distinta de aquella  de la metafísica.

Referencia.
Vattimo, G.(1998).Nietzsche y la diferencia. Península,3er Edición, Barcelona, España.504 p.

martes, 21 de febrero de 2012

Mas alla del Sujeto/G. Vattimo.



En la Unidad Curricular: Eje de socialización de la investigación, a bajo la  conducción de la Doctora Feryeni Padrino, nos corresponde estudiar  de Gianni Vattimo, filosofo Italiano Postmoderno, una de sus Obras: Mas allá del sujeto.
Consideramos a Vattimo, un estudioso de los aportes de  Heidegger y Nietzsche, el cual centra  su obra en una crítica al sujeto, presentando una interpretación del ser, con elementos que invitan a repensar la filosofía del  pasado a partir de su caracterización; que no se deje impresionar por los caracteres fuertes (Autoridad y dominio) siempre preferidos por la metafísica. Proponiendo una lectura ontológica  de la existencia humana  en la época postmoderna, y no solo sociológica, psicológica o histórico-cultural.
Presenta una clasificación de la concepción del ser  basada en los aportes de Hans  Gadamer. Esta clasificación, presenta 3 direcciones:
a)    Grosso modo, presenta  una concepción del ser ( y de la verdad)  que lo define en base a caracteres débiles; ya que no solo un ser así pensado, permite concebir a la historia , como quiere la hermenéutica, como transmisión de mensajes lingüísticos, en los que el ser ¨¨Acontece¨¨¨, crece, deviene, según una perspectiva  ejemplarmente  presente  en el pensamiento ¨¨Genealógico ¨¨ de Nietzsche.
b)    De la declinación del hombre en términos de ¨¨Mortalidad¨¨, solo   la finitud temporal de la existencia, el efectivo sucederse de las generaciones y por lo tanto, la muerte, entendida no solo   ¨¨Ontológicamente¨¨, sino, también ¨¨Onticamente¨¨, según termino propuesto por  Heidegger, funda la posibilidad de la historia como la transmisión de mensajes¨¨Como acontecimiento no accidental¨¨, sino ontológicamente relevante; la alternancia de las interpretaciones.
c)    El de una ética, que ubica al ser vivo por sus huellas, más que bajo el signo de  la acción ¨¨Realizadora de valores.
El problema que deja latente estas interpretaciones propuestas por G.  Vattimo, es la incógnita, si renuncian a la proyectibilidad de la historia, en nombre de un puro y simple culto  a  la ¨¨Memoria¨¨ de la ¨¨Huella de lo vivido¨¨.
Sobre la proyectibilidad de la historia, se hace cada vez más urgente, mantener la relación con el pasado, construir una continuidad de la experiencia, que es lo único capaz de darle sentido. Los a priori  lingüísticos, que hacen posible  nuestra experiencia del mundo, no son estructuras eternas de la razón, sino   actos de palabra, transmisión de mensajes que nos han llegado del pasado, de la ¨¨Cultura¨¨ y solo respondiendo a ellos, podemos dar sentido  a la experiencia vivida actualmente.

Referencias.

.- Vattimo, G. (1998). Más allá del sujeto. ⌠Documento  en linea⌡.Citado en: www.es.scribb.com/doc/7205680/vattimogia

martes, 7 de febrero de 2012

Capra/ El punto crucial/analisis de la vision mecanicista de la vida

Fritjof Capra, físico Doctor en Ciencias por la Universidad de Viena, sus trabajos polémicos dentro de la comunidad científica, han influido significativamente en la formulación del nuevo paradigma ecológico, sobre todo a partir de su obra El punto crucial publicado en 1982. Forma parte de un movimiento de contestación radical a paradigmas científico modernistas que agotaron la fuerza de su promesa, constituyéndose hoy en día en limitaciones para la construcción de nuevos enfoques y formas de sociabilidad y comprensión.
Se ha dedicado, junto a otros autores,  a la importante tarea de difundir y sintetizar los nuevos enfoques, descubrimientos, e innovaciones de las distintas ciencias, con el propósito de fundamentar una visión cultural que redefina radicalmente los marcos de comprensión y de acción tradicionales, los cuales se valoran como insostenibles en el mediano y largo plazo.  Asimismo, ha propuesto  caminos alternativos para la comprensión de fenómenos complejos, explorando ámbitos que han sido en muchas ocasiones descartados por el protocolo científico tradicional como son la mística oriental, los estados alterados de conciencia, la consciencia espiritual y la denominada  filosofía perenne (Morales, G).

El autor se coloca en un contexto epistémico post-moderno y más allá del mismo. En el contenido del libro se evidencia cómo ha evolucionado la mentalidad del hombre, la percepción que este tenía del mundo, y que ello ha caracterizado cada una de las eras en las que ha vivido, hasta nuestros días. Al describir la evolución de la mentalidad y de la visión del hombre, centra su atención en lo humano  por encima de cualquier otra evolución, por encima de cualquier otro cambio material  o descubrimientos científico  que se hayan producido en las épocas que describe, coincidiendo con la epistemología post-moderna donde los seres humanos son los principales protagonistas,  que están en capacidad cambiar su realidad social, que se convierten en sujetos y objetos de todas las transformaciones sociales que se produzcan.


VISIÓN MECANICISTA DE LA VIDA:


El autor señala que, la mayoría de los biólogos y médicos contemporáneos, entre otros, suscriben una visión mecanicista de la vida y tratan de reducir el funciona­miento de los organismos vivientes a mecanismos celulares y mole­culares bien definidos, a pesar de los avances en la física moderna y la nueva concepción del universo, los cuales no están reñidos con los de la física newtoniana, tal como lo señala Capra,  la ciencia mo­derna se ha percatado de que todas las teorías científicas son meras aproximaciones a la verdadera naturaleza de la realidad y ha descu­bierto que cada teoría es válida para una descripción, satisfactoria dé la naturaleza y se ve obligada a encontrar nuevas teorías para reem­plazar la antigua o, más bien, ampliarla, mejorando la aproximación. Debido a que ninguna de las ciencias propuestas se puede aceptar como única, los científicos han formulado modelos para poder aproximarse a una explicación de los fenómenos naturales.

Sin embargo, con los avances, tanto a nivel microscópico como macroscópico, en la física, los científicos fueron abandonando el paradigma mecanicista ya que el mismo era un limitante para explicar los fenómenos desde la nueva visión. Pero a pesar de los avances en la ciencia a nivel biológico  la visión mecanicista sigue siendo aplicada, donde los organismos vivientes son percibidos como maquinas constituidas por diversas partes que actúan independiente entre ellas. Este enfoque reduccionista  ha logrado grandes éxitos en el campo de la biología: la naturaleza química de los genes y de las unidades básicas de la herencia, el código genético entre otros, pero a pesar de ello aún no se logra explicar completamente el comportamiento de los sistemas vivientes más elementales como lo señala Weiss, siendo una de las mayores limitaciones en la aplicación del paradigma reduccionista.

Para la mayoría de los biólogos estas limitaciones no existen,  como lo señala Capra,  tienden a creer que es el único enfoque válido y han organizado sus investigaciones de acuerdo con él  y piensan que no vale la pena investigar cientí­ficamente cualquier fenómeno que no pueda explicarse en términos reduccionistas, haciendo caso omiso de  los problemas que  no pueden resolver, aparentemente debido a su enfoque parcial y fragmentario, y los cuales parecen estar relacionados con el funcionamiento de los sistemas vi­vientes como unidades y con las interacciones que éstos tienen con el entorno, ejemplo de ello es el funcionamiento integral del sistema nervioso y el fenómeno de la embriogenia.

Para los biólogos el enfoque reduccionista ha conseguido grandes avances y logros, así como ha logrado explicar en cierta forma el funcionamiento de algunos de los sistemas que conforman el organismo viviente, a través de la visión mecanicista se ha explicado el funcionamiento del corazón, del sistema digestivo, sin embargo estas explicaciones no fueron del todo exitosas al no integrar las funciones con los procesos químicos y eléctricos que se suceden en el organismo, la visión fragmentaria y desintegrada del modelo mecanicista no permite ver el organismo viviente como ser integrado interna y externamente. 

Aunque hubo grandes avances en la fisiología en el siglo XVIII, a través de descubrimiento químicos y eléctricos, elevando la fisiología a un nuevo nivel de complejidad, la esencia de la idea cartesiana sobrevivió. Los seres vivos seguían considerándose máquinas  sujetas a una serie de fenómenos químicos y eléctricos y, por tanto, más complicadas que un mecanismo de relojería. Así como lo indica el autor,  la biología dejó de ser cartesiana en el sentido de la imagen estrictamente mecánica que Descartes daba a los organismos vivientes pero siguió siéndolo en un sentido más amplio, a saber, en su tentativa de reducir todos los aspectos de un organismo a las interacciones físicas y químicas de sus componentes más pequeños.
  
En el siglo XIX, hubo nuevos y extraordinarios desarrollos debido a los adelantos que se realizaron para la época en el área de la biología, como o fueron la formulación de la teoría celular, la embriología moderna, la creación de la microbiología, el descubrimiento de las leyes de la herencia, siendo el más resaltante  la teoría de la evolución.

La teoría de la evolución, forzó a los científicos a refutar la idea del  mundo-maquina y a sustituirla por el concepto de un sistema en continua evolución y cambio. Sin embargo los biólogos centraron sus investigaciones en adaptar la teoría darwiniana a la estructura cartesiana. Lograron éxitos explicando los mecanismos físicos y químicos de la herencia pero sin poder comprender la naturaleza esencial del desarrollo y de la evolución.

Igualmente, la genética, en el siglo XX, proporcionó un firme refuerzo al enfoque cartesiano de los organismos vivientes, aunque limito el estudio de la actividad integradora y de cooperación entre los genes, en este sentido Capra, indica que cuando los científicos reducen una unidad íntegra a sus componentes elementales —sean estos genes, células o partículas elementales— y tratan de explicar todos los fenómenos desde el punto de vista de estos elementos, pierden la capacidad de comprender las actividades integradoras de todo el sistema. Agrega, el autor, que argumentos similares a los anteriores rigen también para la evolución de una especie. Los conceptos darwinianos de la variación casual y de la selección natural son sólo dos aspectos de un complejo; fenómeno que resulta mucho más comprensible dentro de una teoría holística que afecta el conjunto de los sistemas.

A pesar de los descubrimientos y progresos en las diferentes ciencias y en especial en la biología, con el desarrollo de la biología molecular,  el código genético,  el tratamiento de las enfermedades, se sigue teniendo una visión fragmentada de los diferentes procesos que ocurren en el organismo viviente, lo cual ha resultado en una limitante para comprender el organismo como un todo, donde cada una de sus partes se encuentran integradas e interrelacionadas entre ellas y su entorno, lo cual influye notablemente en su funcionamiento.


  
EL MODELO BIOMEDICO

La visión mecanicista de la vida no solo fue asumida por los biólogos, los médicos también tomaron del modelo newtoniano, la forma de enfrentar la salud y la enfermedad surgiendo con ello el llamado modelo biomédico, que es la base conceptual de la medicina moderna. Bajo el paradigma cartesiano el cuerpo es considerado una máquina, compuesto de diversas partes donde cualquier defecto en el funcionamiento de las mismas es considerado enfermedad y la función del médico es intervenir, desde el punto de vista físico o químico, para corregir estas fallas del mecanismo.

La medicina moderna sigue basándose en este paradigma, al existir cada vez más las especializaciones de los médicos, ya no se ve el cuerpo humano en su totalidad sino que cada parte de este amerita una especialización, de allí que el cardiólogo solo ve corazón, pero muchas veces es incapaz de integrar el funcionamiento  o alteraciones del mismo a otro sistema que pudiera estar afectándolo, inclusive no toma en cuenta los factores externos que de una u otra manera afectan la salud de los individuos.

En este sentido, Capra hace mención al término curación a fin de abarcar todos aquellos factores tanto intrínsecos como extrínsecos que pudieran en un momento determinado afectar la salud de los individuos. De allí que considere el término curandero como válido, aunque el mismo es visto con sospecha por los médicos ya que ha sido asociado por muchos  años a lo esotérico, espiritual, religioso, sin embargo el mismo abarca las diversas interacciones entre los aspectos, físicos, fisiológicos, sociales y ambientales de la condición humana.

Y este cambio en el concepto de curación, hace que también se cambie la visión de lo que es salud, ampliando  las dimensiones de las misma, de allí que el término asumido por Organización  Mundial de la Salud establece que la misma no solo se refiere a la ausencia de enfermedad, sino que es un estado de completo bienestar físico, mental y social. Esta nueva visión de lo que es enfermedad deja de lado el  enfoque del modelo biomédico, basado solo en las alteraciones físicas del individuo.


Esta visión integral del individuo,  donde la curación se orientaba hacia la interacción del cuerpo con el alma, fue  olvidada a raíz de los nuevos postulados propuestos por Descartes, en los que separaba el cuerpo del alma, quedando el cuerpo formado por piezas que engranan como una máquina, sin tomar en cuenta aspectos psicológicos, sociales y ambientales. Desde esta nueva perspectiva, la medicina progresaba conjuntamente con la biología y demás ciencias naturales, olvidando la visión integradora del individuo y dedicándose más a  cada una de las partes del cuerpo por separado.

Hay que reconocer que esta visión biomédica trajo  avances en la medicina de los siglos XIX y XX,  fueron grandes los descubrimientos a nivel celular, molecular, fisiológicos, microbiológicos.  Uno de estos descubrimientos que influyeron notablemente en el enfoque biomédico fueron los hechos por Pasteur al demostrar la correlación que existe entre las bacterias y enfermedad, estableciendo con ello la doctrina según la cual cada enfermedad era causada por un microbio específico, preceptos que se adaptaban al esquema de la biología del siglo XIX, sin embargo en este enfoque Pasteur iba mucho más allá de la simplicidad de la visión mecanicista, ya que él consideraba que la condición del paciente, su debilidad, su actitud mental son factores que influyen en la acción de los microbios, consideraba que cualquier alteración del medio ambiente alteraba la interacción entre el sujeto y los microbios. La visión biomédica de la época no dejo ver en profundidad lo postulado por Pasteur, las cuales se han ido rescatando hoy en día.

Por otra parte, el desarrollo de la tecnología médica ha marchado de la mano con el de la biología. En el siglo XIX se inventaron instrumentos médicos que ayudan en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, lo que conllevo a que la atención del médico se centrara más en la enfermedad que en el paciente, dando con  ello origen a la especialización de la medicina.

Especialización que hoy en día es más acentuada, los médicos cada vez se especializan en los diferentes órganos  y sistemas que conforman el organismo, aunque esto no solo sucede en la medicina humana en la medicina veterinaria, más compleja, existen las especializaciones no solo de especies sino también hay un auge sobre todo en pequeños animales de ver las partes y no el todo integrado.

Este enfoque biomédico, sin duda ha traído grandes avances en la medicina, ha permitido curar muchas enfermedades o mejorar la condición de los pacientes en otras, sin mencionar la erradicación de muchas enfermedades. Sin embargo, esta visión  mecanicista de las enfermedades, no ha sido del todo aceptada, ya que se ha centrado solo en desarrollar tecnologías, fármacos, en  diagnosticar y tratar enfermedades y ha olvidado otros aspectos fundamentales en el tratamiento de las enfermedades como es el entorno social, la propia condición mental de los pacientes, entre otros.

Asimismo, la especialización y el uso de tecnología han resultado costosas, muy a pesar de su utilidad, lo cual la hace inaccesible a todos, más en aquellos países llamados subdesarrollados donde la salud pública deja mucho que desear. Igualmente, estos avances no han mejorado la salud, al estar  inmersos en el modelo mecanicista solo ve un aspecto de la salud, la  individual, dejando de lado la salud social, mental más acorde con la definición de salud dada por la Organización Mundial de la Salud.

Es necesario  que los médicos e investigadores médicos asuman un concepto más holístico de lo que es salud, donde se tome en cuenta no solo la presencia de enfermedad, sino que se tomen otros factores relacionados con ella como lo es la alimentación, el comportamiento, su entorno social. Un concepto que también se adapta a las enfermedades del hoy en día, donde varias de ellas son atribuidas al ritmo de vida, al estrés, al tipo de alimentación, a la presión social, a la vida sedentaria, características de la  vida moderna.

De allí, que se debe cambiar también la formación médica, donde se debe hacer hincapié en una visión holística de la salud, donde se formen profesionales integrales, de calidad, comprometidos con el paciente y no con la enfermedad. Igualmente, hay que educar a los ciudadanos a mejorar su estilo y calidad de vida.




LA PSICOLOGÍA NEWTONIANA


La psicología, no ha escapado de la influencia newtoniana, para establecer sus postulados, los cuales también asumieron la teoría de Descartes, que hacen una clara distinción de la mente y el cerebro. Se establecieron diferentes métodos para estudiar por separado la mente y el cerebro, la introspección y las ciencias naturales respectivamente. Estos métodos dieron origen a dos grandes escuelas de la psicología: la estructuralista que estudiaba la mente a través de la introspección y los conductistas que estudiaban el comportamiento ignorando la mente, sin embargo,  ambas escuelas asumieron la visión mecanicista de Newton. Paralelamente al desarrollo de las  escuelas estructuralista y conductista de la psicología, surgía el psicoanálisis de Freud, basado más en sus experiencias a nivel clínica. A pesar de que esta nueva corriente de la psicología resultaba innovadora, la misma no escapaba a los conceptos newtonianos.

Estas corrientes no fueron las únicas en desarrollarse, la cultura oriental, en especial la hindú, también creo diferentes escuelas para el estudio de la conciencia, la psicología, el comportamiento humano,  que van desde el materialismo al idealismo y desde el monismo, pasando por el dualismo hasta el pluralismo. Capra, señala que la culturas orientales han desarrollado tradiciones espirituales, basadas en conocimientos empíricos, apoyadas en experiencias místicas, incomprensibles para el esquema cartesiano  ya que buscan transformar la conciencia,  ideando técnicas sutiles para  cambiar los conceptos que  tiene los individuos de la existencia y de su relación con la sociedad y la naturaleza pero concordantes con los desarrollos científicos modernos en psicología, psicoterapia.

Las ideas orientales, también tuvieron influencias en los antiguos filósofos griegos, por lo cual la psicología filosófica occidental fluctuaba entre la visión idealista y la visión materialista del alma. Sócrates asume un nuevo concepto del alma en la filosofía griega al utilizar la palabra psique para designar la sede de la inteligencia y de la personalidad

 Filósofos como Platón,  Aristóteles, Plotino,  abordaron el tema de la conciencia y el alma, la abordaron desde diferentes puntos de vista desde el biológico y materialista hasta el inmortal e inmaterial. Sin embargo, el más influyente fue el aporte de Platón al plantear que la psique tiene un componente físico y otro espiritual. Esta visión de cuerpo-mente, también fue asumido por Descartes, donde el cuerpo era regulado por leyes mecánicas y la mente era libre e inmortal e identificada con la conciencia la cual podía influir en el cuerpo a través de la glándula pineal. Concepto con el cual la ciencia occidental ha tratado de abordar el problema de la conciencia sin poder conciliar el aspecto mente-cuerpo.

El paradigma cartesiano, siguió inspirando a los filósofos para comprender la naturaleza humana. La psicología moderna, según Capra,  es resultado de los descubrimientos realizados en el siglo XIX en los campos de la anatomía y  de la fisiología,  del sistema nervioso, demostraron las relaciones concretas que existen entre las funciones mentales y las estructuras cerebrales, además de explicar distintas funciones del sistema nervioso y de revelar nuevos con cimientos detallados sobre la anatomía y la fisiología de los órganos sensoriales. Los descubrimientos entre la actividad mental y la estructura cerebral despertaron interés entre los neuroanatomista  y creo la suposición de que el comportamiento humano era una serie de facultades mentales situadas en diferentes partes del cerebro. Los psicólogos experimentales eran partidarios del dualismo y trataban de establecer una clara distinción entre la mente y la materia.

Estas teorías reduccionistas y materialistas de los fenómenos psicológicos encontraron gran oposición por parte de los psicólogos que acentuaban la naturaleza unitaria de la conciencia y la percepción. El enfoque holístico dio origen a dos influyentes escuelas, el gestaltismo y el funcionalismo. Si bien no lograron cam­biar la orientación newtoniana de la mayoría de los psicólogos del siglo XIX y de principios de este, ambas escuelas influyeron deci­sivamente en las nuevas corrientes que surgieron en el campo de la psicología y de la psicoterapia después de 1950.
Capra, señala que en el siglo XX la psicología realizó grandes adelantos, trabajo en cooperación de disciplinas como la biología, la medicina, la estadística cibernética y la teoría de la comunicación— y se aplicó con éxito la asistencia sanitaria, la educación, la industria y muchos otros campos de la actividad práctica humana. En las primeras décadas de nuestro siglo, el pensamiento psicológico estaba dominado por influyentes escuelas —el conductismo y el psicoanálisis—, muy diferentes en cuanto a sus métodos y a sus ideas sobre la conciencia y sin embargo adscritas, en su esencia, al mismo modelo newtoniano de la realidad.

El conductismo, basado en conocimiento de la fisiología humana, crearon una psicología desprovista de alma, quedando los fenómenos mentales reducidos a modelos de comportamiento, los cuales eran resultados de varios procesos fisiológicos regidos por las leyes de la física y de la química, alejados de la conciencia. La escuela del conductismo, sería una psicología newtoniana, que reduce el comportamiento a una serie de secuencias mecanicista de respuestas condicionadas y que afirma que la única comprensión científica de la naturaleza humana es aquella que permanece dentro de la estructura de la física y de la biología clásica. Watson, Pavlow, Skinner, fueron los principales exponentes del conductismo.

La otra escuela de psicología en siglo XX, es el psicoanálisis que tiene su origen en la psiquiatría, la cual se relaciona con el modelo biomédico, y considera que los trastornos mentales son de origen orgánico. El principal representante de esta escuela fue Freud, quien descubrió el subconsciente y su dinámica. Freud trató, en la medida de lo posible, de usar los conceptos básicos de la física clásica en su descripción en los fenómenos psicológicos y con ello establecer una relación conceptual entre el psicoanálisis y la mecánica newtoniana.  
 Sin embargo, Freud  no solo era un teórico sino también era un clínico, que fue mucho más allá de las limitaciones newtonianas que impedían acercarse a los pacientes de una manera más comprensiva y humana. Integro sus descubrimientos e ideas revolucionarias  en un esquema coherente que cumpliese con los criterios científicos de su época. El modelo freudiano  ha tenido aciertos y limitaciones para el tratamiento de  las enfermedades mentales al igual que ocurre en  física donde el  modelo newtoniano  explica  cierto nivel de fenómenos pero no todos.
De allí, que es necesario que la psicología, la psiquiatría y hasta la misma medicina  asuman una visión mucho más amplia de los fenómenos de la mente,  que vaya más allá de la visión mecanicista que aun prevalece, y adopten una visión holística de lo que es la salud,  de la forma de tratar la enfermedad pero sobre todo de tratar a los pacientes, de no verlos como simples máquinas sino como individuos con sus creencias, mitos, realidades e interrelacionados con su entorno.

 REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Morales, G. Fritjof Capra, contestación posmoderna y paradigma ecológico. Disponible en: